Ahora mismo estoy en un tren de Colonia a Frankfurt, para coger un avión y volver a Madrid por unos días. Os preguntareis que hago aquí, la respuesta aunque difícil de creer es muy sencilla. Acabo de estar una semana en Colonia con 45 burundeses. Hace unos meses recibimos una invitación de la catedral de Colonia que nos invitaban a cantar en un concierto. Después de bastantes tramites conseguimos todos los permisos necesarios. Y esta locura empezó ha ser una realidad.
Mi idea es hacer una pequeña reflexión sobre lo que hemos vivido. Mi idea es intentar ver “Europa con unos nuevos Ojos por la primera vez”. Espero llegar a algo interesante, aunque no valoro demasiado mis dotes de escritor.
La primera impresión empieza en el aeropuerto de Bruselas, donde llego todo el grupo. Nada más llegar al aeropuerto nos pusimos en contacto con la policía del aeropuerto, para avisar y ver como podíamos hacer para colaborar y que todo fuera más rápido y fácil para todos. Por su puesto la policía no colaboro nada con nosotros, atraves de una puerta nos mandaron a paseo, literalmente. Por mucho que les dijimos que llegan 45 burundeses que nunca habían estado en Europa. Bueno, lo más divertido es que mientras esperábamos en la sala de espera ha que llegaran, fueron ellos los que vinieron a buscarnos. Tenían miedo de que era esto, lo que intentamos explicarles por adelantado y no quisieron lo preguntaban ahorra. Tras no pocos problemas y muchas desconfianza tuvieron que dejarnos irnos, ya que toda nuestra documentación estaba en regla. No quiero juzgar a nadie, solo intento constatar una realidad. Siempre se tienen demasiados prejuicios contra África, conseguiremos cambiar esta realidad algún día.
Pero bueno, empecemos con cosas más divertidas y agradables. Nuestro primer gran reto fueron unas escaleras mecánicas. Que pensándolo bien, lo natural es que las escaleras se muevan? Una situación muy divertida, maletas robando... Burundeses por el suelo... La verdad es que nos reímos bastante. Y una vez más una gran lección que recibí, la mejor manera de solucionar una situación así, riendo. Nos pasamos una rato riendo, reviviendo las diferentes reacciones antes las primeras escaleras mecánicas de tu vida. Uno muy divertido fue Manuel, que se cayo y para no caerse se agarro una parte fija de las escaleras, lo que le hizo caerse más, sus pies se movían, pero el estaba sujeto por las manos a una parte fija. Por lo que lo único es que sus pies estaban cada vez más arriba y el con más miedo de soltarse. Pero no pasa nada, todo salio sin problemas, después de una semana sube, baja... en escaleras mecánicas, no os imagináis como se manejan ahorra.
Que más cosas nos impresionaron mucho, aunque creo que necesitan un tiempo para asimilar todo lo que han vivido en una semana. Los grandes rulos de hemos que se veían por todas partes en la carretera, también nos impresionaron mucho. No conseguían imaginarse para que podían ser. Tras una explicación lo entendieron sin problemas.
Los coches y las carreteras también nos sorprendieron, tantos carriles, sin agujeros, tantos coches y tan nuevos todos...
Visitando el museo del deporte Chanelle una de las chicas del coro se cayo al suelo. El dedo del pie y la rodilla se le pusieron como una morcilla. Por supuesto ella lejos de quejarse no hizo más que seguir sin más. Pero hablando con ella le dijimos que era mejor ir al medico, para quedarnos todos tranquilos. Nada más llegar al hospital me pregunto si eso era un hospital o un hotel. Pobre, si vierais los hospitales de Burundi lo entenderíais. Nuestro segundo puntazo en el hospital fue con la señora de nos hizo la radiografía. Solo nos pregunto 7 veces: ¿Baby? ¡NO!, ¿Baby?, ¿Baby inside?.... Imagino que no podía explicarse que solo fuéramos amigos compartiendo un viaje en grupo. Por que pese a decirla 7 veces que no, le puso a Chanelle una especie que manta protectora de radiaciones. Por lo que nosotros no pudimos dejar de reírnos!!!!!!
No os podéis imaginar los que fueron capaces de hacer estos chicos en los conciertos. Los alemanes que nos secos y sosos como ellos solo, todos dando palmas y moviendo los brazos en el aire. Consiguieron que el ritmo entrara en ellos, les transmitieron una alegría y una felicidad difícil de explicar con palabras. Creo que estos chicos y chicas, sus bailes y su música han robado algún que otro corazón más.
Alegría compartida,
ResponderEliminarsonrisas superando obstáculos,
miradas pícaras ante lo novedoso,
una VIVIENCIA INOLVIDABLE.
Felicitaciones!
"Solo Dios basta"
ResponderEliminarQue alegria ver la caridad de Dios en las personas.
Rezo porque todo marche bien y que dia a dia se santifiquen las almas para mayor gloria de Dios