domingo, 4 de enero de 2009

Entrevista publicada en el Blog de la Obra Social de Caja Madrid

Hace unos dias publicaron esta entrevista, el link es: http://www.sosemergencias.com/cooperacion-y-desarrollo/desde-burundi-con-amor/

Las casualidades del destino me pusieron el otro día en contacto con Joaquín Zuazo, un chico español que un día decidió dejarlo todo y viajar a Burundi para colaborar con la Fundación Maria Arafasha en la construcción de un centro para niños de la calle.

La labor de todos allí está siendo impresionante, pero qué mejor que Joaquín nos la vaya contando poco a poco desde allí en un post semanal. Merece la pena compartir con él su ilusión, los montones de pequeños acontecimientos que van surgiendo en un poblado tan alejado de nuestro mundo y conocer de primera mano todo lo que por allí se cuece. Iremos haciéndole preguntas para saber más sobre el proyecto en el que con tanta ilusión trabaja y conoceremos más sobre la cultura africana y los habitantes de Bujumbura.

¿Cuánto tiempo llevas en Burundi?

Este es mi segundo viaje a Burundi, llegue aquí por primera vez el 30 de octubre del 2006 y me quede hasta el 30 de diciembre de 2006. Fue un primer viaje para conocer Africa, un contacto, pero la verdad es que no se que paso, algo de mi se quedo aquí. Y al volver solo pensaba en la manera de volver. Y el 15 de enero de 2008 llegue por segunda vez a Bujumbura. Esta vez con muchos objetivos, en principio venia por un año. Pero voy a prolongar un poco el viaje. Aun no he encontrado el trozo de corazón que me robaron los niños de aquí. Tengo que seguir buscando

¿Por qué decidiste irte allí?

La primera vez vine por curiosidad, para conocer África, con ganas de ayudar en lo que fuera posible, pero sobre todo para intentar agradecer a Dios lo que había hecho por mi. Y huyendo de mi antigua vida.

La segunda vez que viene el objetivo era muy claro Ayudar y trabajar con la Fundación Maria Arafasha en la construcción de un centro para niños de la calle. Además de buscar o intentar comprender qué quiere Dios de mi vida. Porque aquí la primera vez que vine le sentí más cerca que nunca. Fue una segunda conversión mucho más profunda.

¿Cómo elegiste la organización con la que te fuiste?

Bueno, elegí esta organización porque es la rama social de Schoenstatt, que fue donde me encontré con Dios y se produjo mi conversión.

La fundación empezó a nacer a final del 2006 cuando yo aún estaba aquí. Tuve la suerte de acompañarles en las dos primeras reuniones. La fundación se constituyó legalmente en Burundi en marzo del 2007. Empezar un proyecto necesita de mucho trabajo. No se, todo tenía sentido y me daba mucha paz.

¿Nos puedes hablar un poco de la organización con la que colaboras? ¿Quiénes son y qué otros proyectos tienen?

Bueno la Fundación Mariya Arafasha traducido al castellano quiere decir Maria Ayuda. El Padre Hernan Alexandri de la comunidad de Schoenstatt empezo la obra de María Ayuda en chile hace 25 años. Trabajando con niñas maltradas y violadas.

Después años más tarde la idea de María Ayuda se copió en otros países como España, Ecuador y por qué no también en Burundi. La fundación es local en cada país y se gestiona de forma autónoma.

En Chile hay mas de 1500 niños en diferentes centros y proyectos de la fundación. Hay 18 casas de acogida por todo el país. En España tenemos un piso de acogida en Madres Solteras, para ayudarlas durante el embarazo y el primer año de vida del niño.

En Burundi acabamos de nacer, tenemos dos grandes proyectos: Girizina donde trabajamos con niños de la calle y estamos construyendo nuestro primer centro de acogida y Giromuyevyi donde ayudamos a huerfanos a continuar sus estudios secundarios. Aquí la escuela primaria y la universidad es gratuita, pero la segundaria no. Así que intentamos ayudarles en ese momento donde muchos se ven obligados a abandonar sus estudios.

El otro día comencé una correspondencia muy especial. Contacté con Joaquín Zuazo, un joven que desde Burundi está trabajando por los niños de la calle de la mano de la Fundación María Arafasha. Prometí contar su experiencia en este blog a lo largo de las próximas semanas, y así lo hago.

Joaquín dejó en Madrid una vida cómoda y llena de amigos, (que por cierto han realizado comentarios muy bonitos al post que ya hemos publicado) y se fue a una de las zonas más pobres del planeta. Para todos, y con la esperanza de que su ejemplo perdure y sea imitado, continuamos haciéndole preguntas sobre los habitantes de Bujumbura

Antes de ir a Burundi, ¿qué conocías del país?

La verdad es que la primera vez que vine a Burundi no conocía nada del país y tampoco quería. No busqué ninguna información, es más, la evitaba. Quería sorprenderme y verlo todo de primera mano. Sin prejuicios. Mi ignorancia era tanta que ni si quiera conocía a los padres con los que iba a trabajar. No les vi en el aeropuerto y llegué sólo en un taxi a Mont Sion Gikungu…

Cuando llegaste ¿qué te encontraste?, ¿cómo fueron tus primeras impresiones? ¿Nos puedes describir un poco lo que sentiste y viste?

Bueno, como te contaba mi llegada fue muy divertida. No conocía al Padre Mauricio, que fue a buscarme al aeropuerto. El caso es que no nos vimos y yo rápidamente cogí un taxi con la dirección en una carta que llevaba en el bolsillo.

Descubrimos el bario al que queria por el único cartel que hay de Mont Sion en toda la cuidad ¿que es además de muy pequeño de tamaño!. Pero Dios quiso que lo viera y de esa forma llegue. La verdad es que fue una inconsciencia y un milagro que llegara. Sin hablar Kirundi y casi sin hablar francés.

Y bueno, me encontré una realidad muy diferente, aquí todo es muy distinto. Es como un caos, pero con orden. Me encontré con gente muy diferente, pero excesivamente acogedora. La verdad es que en dos meses no tuve la más mínima nostalgia. Y eso que me costó unos días hacerme a la idea de lo lejos que estaba. Me sentía increíblemente feliz, con muchísima paz interior.

¿Nos puedes contar cómo es la gente de allí? ¿Cómo la describirías?

La verdad es que hasta ahora por casualidad o por el destino he tenido relación con mucha gente diferente, desde dos ex presidentes hasta algún ministro y gobernador, sin olvidarme de mencionar a los más pobres. Todos en el país tienen un sentimiento de amor muy grande por su país.

Sienten que es un buen lugar y tienen mucha esperanza en el futuro. Todos creen que las cosas van a mejorar. Eso la verdad es que me sorprende y lo admiro mucho, esa capacidad de esperanza ante un panorama desolador.

Por otro lado otra cosa que me fascina es la vinculación que tienen con Dios y lo proximo que lo sientes. No se, la gente es increíble, necesitan tan poco para ser felices… Eso siempre me hace pensar en lo materialistas que somos. Tenemos que aprender de ellos tambien. ¿Por qué nuestro modelo va a ser mejor?

Son varios los post que hemos dedicado a Joaquín Zuazo, un joven que desde Burundi está trabajando por los niños de la calle de la mano de la Fundación María Arafasha.

Joaquín dejó en Madrid una vida cómoda y llena de amigos, (que por cierto no cesan de escribirle a través de nuestro blog mensajes de cariño) y se fue a una de las zonas más pobres del planeta. Allí convive con los habitantes de Bujumbura, y nosotros queremos continuar sabiendo más sobre su vida allí…

Así que, continuamos con la entrevista…

Cuando llegaste a Burundi, ¿qué había por hacer?

Esa es una pregunta difícil de contestar, porque aquí hay tanto por hacer… Acabamos de salir de una guerra civil de más de 12 años. Incluso hoy no está claro que haya terminado definitivamente. Hasta el mes de mayo más o menos, se escuchaban disparos aún todas las noches. Incluso este año hubo dos ataques fuertes a la capital por la noche.

Así que imagínate, todavía hay que reconstruir el país. Además, hay muchas personas que viven en una situación de pobreza extrema. Estamos en un país muy pobre, y eso solo lo agrava todo. Hay desnutrición, mortalidad infantil…

Pero en concreto en Mariya Arafasha había mucho por hacer. La fundación apenas tenía unos meses de vida, y queríamos construir una casa para los niños que ya teníamos acogidos para poder proteger a más. Además nos faltaba formar a los educadores, reforzar el proyecto educativo y las mil cosas que iban surgiendo cada día. La verdad es que no tengo mucho tiempo de aburirme.

¿Con quién contabas o quién estaba ya allí?

Cuando llegue aquí estaba ya constituido el staff de la fundación, los laicos que trabajan voluntariamente con los padres en la dirección de la fundación y su equipo de trabajo directo.

Desde el primer día empezamos a trabajar juntos. Además, siempre cuento con el apoyo de toda la comunidad de los padres de Schoenstatt aquí.

¿Nos puedes decir en el tiempo que llevas qué es lo que habéis conseguido hacer? ¿A qué ritmo?

La verdad es que en estos ya casi 11 meses hemos hecho muchas cosas. Hemos mejorado la organización interna, realizado formaciones, casi hemos acabado el plan pedagógico del centro que estamos construyendo que acogerá a 54 niños huerfanos de las calles de Bujumbura.

Y la mejor forma de verlo, la que más feliz me hace es ver el cambio de actitud y de comportamiento de los niños. Son increíbles, han sufrido mucho y pese a todo están cambiando de forma increíble. Ojalá pudierais venir a conocerles, bueno, ¡podríais venir a conocerles!.

¿Cómo es la situación política y social allí actualmente y cómo era anteriormente?

Bueno, como he dicho antes acabamos de salir del conflicto étnico entre Tutsis y hutus que ha desolado el país desde el 93. Lo que lo ha dejado sin lo poco que tenía.

Estamos en uno de los paises más pobres del mundo, el otro día en Internet encontré un ranking que nos colocaba en el cuarto lugar por la cola, a pesar de estar en el segundo país con la densidad de población más alta de África. Tenemos una mortalidad infantil muy alta, una esperanza de vida muy corta. La verdad es que aquí no es fácil.

Por otro lado dicen que la guerra ha terminado. Pero hasta mayo el FNL (Frente de Liberación Nacional PalipeHutu) estuvo atacando cada noche. Incluso hubo dos grandes ataques a toda la cuidad de norte a sur. Una bomba cayó en la Nunciatura Apostólica. Por el mes de mayo la presión internacional obligó a Guasa, el líder de este grupo, a volver a Burundi después de más de 30 años de ausencia, lo que obligó a empezar de nuevo las negociaciones con el gobierno.

Aunque parece que no se entienden y que los ataques empiezan de nuevo poco a poco. El otro día oí que atacaron a un autobús. Pero lo que si está muy claro son dos cosas: que el país no se ha desarmado para nada y que hay mucho miedo para las elecciones del 2010. Ya ha empezado la campaña.

Continuará…

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