Buenas noches Queridos amigos, aprovecho para compartir con vosotros el testimonio que dio Monica, una de las volutarias que estuvo aqui en verano, en la cena Benefica de María Ayuda. La cena fue un éxito, más de 550 personas, muchas gracias a todos por tanta solidaridad y generosidad.
"Buenas noches a todos.
Para los que no me conocéis soy Mónica García-Calderón tengo 26 años, y la razón por la cual estoy esta noche aquí, atendiendo a la invitación de Edu Losada, es para dar testimonio del voluntariado que hice este verano en Burundi junto con otros 12 voluntarios.
Lo primero que puedo decir es que esta experiencia tan increíble ha pasado a formar parte de mi vida.
Hacia tiempo que sentía la necesidad de dedicar parte de mi tiempo a ayudar a los más necesitados y este verano casualmente se dieron las condiciones perfectas para ello. Dediqué mis tres semanas de vacaciones a un país totalmente desconocido para mí.
Fui mentalizada de que la experiencia iba a ser dura, todo un sacrificio, y cuando llegué allí me encontré con todo lo contrario, en lugar de sacrificio me sentí como en casa o incluso mejor!
En Burundi, vimos pobreza y miseria a la vez que alegría y amor, niños solos ante el mundo pero con una sonrisa de oreja a oreja, con ganas de jugar, de compartir, de querer... Familias acogedoras, que lo dan todo por el que los visita aunque no tengan casi nada, todos interesados en ti y en tu vida. Nos encontramos con personas auténticas, llenas de esperanza por un futuro mejor.
Descubrimos un país repleto de paisajes bonitos y sonrisas.
Los Burundeses son un pueblo muy creyente, ¡ casi como España últimamente¡ con una fe desbordante y tanto ello como la experiencia espiritual que tuvimos con el Padre (Patiri) Lorenzo, me han ayudado a acercarme más a Dios y me han conmovido muchas veces.
Fueron muchas las cosas que me impresionaron pero quizá la más importante fue ver como una persona como nosotros, pero más especial, Joaquín Zuazo, se hacía cargo sin descanso de todo lo que sucedía allí, desde temas logísticos de los dos proyectos de la Fundación María Ayuda (como el material para el hogar de acogida, el terreno para el futuro colegio,) hasta su plena atención y dedicación por cada persona que se cruzaba en su camino.
Hoy le quiero dar las gracias por habernos permitido compartir con él su proyecto de vida y por darnos su ejemplo.
También, destacar el trabajo en equipo y colaboración alegre y total de todo nuestro grupo de voluntarios, que por cierto casi todos nos acompañan, que ha sido fundamental para hacer de esta experiencia algo inesperadamente enriquecedor e inolvidable.
Han pasado de ser compañeros de voluntariado a ser amigos para toda la vida.
Por último, me gustaría darle las gracias a Edu Losada, porque sin él este grupo no hubiese existido y yo no estaría hoy aquí compartiendo con vosotros mi testimonio.
Me gustaría animaros a ir a Burundi para vivir una experiencia única como esta que yo he vivido.
Muchas Gracias a todos"
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