domingo, 29 de agosto de 2010

Mi carta de despedida:


Queridos Amigos:
    
                Como os prometí aquí tenéis mi carta de despedida de Burundi, no es una carta de adiós. Es solo un hasta luego. Vamos a intentar poner en marcha un proyecto más ambicioso. Para poder ayudar a más gente, en breve os iré contando más cosas. Aun tengo que madurar un poco algunas ideas. 
El jueves por la tarde ya estaré en España. Espero contaros muy pronto, aunque no primero que tengo que hacer es hacerme un chequeo médico. Me han tenido que operar de un absceso que me salio en el brazo. El problema es que es el tercer absceso en mes y medio. Pero tranquilos que seguro que no es grave, bicho malo nunca muere. 

Espero que podamos seguir soñando juntos.

 
Queridos amigos:

Pensándolo mejor, amigos no es un término adecuado. Creo que la amistad es un concepto demasiado pequeño para expresar los sentimientos que me unen a vosotros. Pienso y estoy profundamente convencido que la Mater unió nuestros caminos. Fue ella la que cavó los profundos cimientos de los sentimientos que nos unen. Esté donde esté, pase lo que pase, siempre estaréis en mi corazón. Sois parte de él.



Hay tantas cosas que me gustaría deciros en este momento, que, con los sentimientos tan a flor de piel, seguro que me olvido mil cosas. No sé si encontraré las palabras adecuadas para expresar lo que grita mi corazón. Siento que las palabras son pobres instrumentos para transmitir lo que mi corazón quiere deciros. Espero por lo menos conseguir transmitir alguno de los sentimientos, experiencias y lecciones de vida que me llevo conmigo. Espero que nunca se me olviden y que sea capaz de enseñárselos a muchas personas, para que empecemos hacer justicia y miremos a África con los ojos que se merece.



Voy a empezar por resumir mis sentimientos en estos casi tres años. Mi aventura por Burundi empezó antes de llegar, cuando en Octubre dejé mi trabajo y empecé a preparar el viaje. Grandes eran las incertidumbres y las preocupaciones, pero la Mater se ocupó de ir haciendo las obras y todo se fue consiguiendo. Por grandes que fueran los problemas, ella se ocupaba. Ésta fue la gran confirmación, Ella estaba detrás de todo. Nunca me dejaría solo, íbamos juntos por el camino. El 16 de enero llegue a Burundi, aquella tierra que mi corazón anhelaba desde que la deje el 30 de diciembre del 2006. Esta vez venía sin billete de vuelta, con ganas de entregarme a los burundeses. Mis maletas venían llenas de proyectos, de planes, de ideas y de buenas intenciones, el único problema era que estos planes eran míos. Por eso los primeros meses fueron muy duros, me costó mucho aprender a desprenderme de todo. Lo que más duro fue, que me costó muchos lloros no fue desprenderme de las cosas materiales. Fue desprenderme de mis planes, de mis objetivos, de mis buenas intenciones. Ese desprendimiento total de uno mismo, para abandonarse total y ciegamente a los planes de Dios, esa fue la primera gran lección que Burundi me enseñó. Espero que esto jamás se me olvide: estar siempre preparado para que se cumplan los planes de Dios y no los míos. Por muy buenos que parezcan los míos, espero siempre tener la fuerza y la Fe para aceptarlo.



Después, poco a poco, sin darse cuenta, Burundi, pero especialmente los niños de María, fueron robando me el corazón. Esos pequeños, aparentemente tan insignificantes, tan problemáticos, a los que yo quería ayudar, ellos me han ayudado mucho más a mi de lo que yo les he ayudado a ellos. Y lo mejor de todo es, que son tan generosos, que lo han hecho día a día sin darse cuenta. Su alegría, su entrega, su generosidad, su cariño, su capacidad de amar, son alguno de los valores que más me han impresionado.. Sólo necesitaban una oportunidad y que creyéramos un poco en ellos.



En Burundi, siempre y en todo, momento me he sentido en casa. Nunca me ha faltado nada. Siempre que he necesitado consuelo o cariño, alguien me lo ha dado. La generosidad que he recibido, no hay palabras para describirla. Siempre me ha impresionado la generosidad de los burundeses. A diferencia de los europeos, que por lo general damos lo que no queremos, lo que no necesitamos; en Burundi, un país muy pobre, donde todo el mundo necesita o le falta algo, todo lo comparten. Eso si que es generosidad, dar lo que uno necesita.



Aquí ha sido donde mejor me he sentido conmigo mismo, donde más feliz he sido de toda mi vida. Y ahora, después de mucho pensarlo, he descubierto porqué. No porque estuviera haciendo muchas cosas buenas. No, he sido muy feliz, porque estaba donde Dios quería que estuviera. Estaba cumpliendo sus planes y no los míos, por primera vez en mi vida. Burundi me ha enseñado a confiar en Dios y a aceptar su voluntad. Hay es donde se encuentra la verdadera felicidad. Otra gran lección que me habéis enseñado sin daros cuenta.



También aquí he podido aprender la fragilidad de la vida, lo pequeños que somos. No puedo olvidar todo lo que pasamos con Kagabo, con Elva, con Alana, con Rosseta... Descubrir que no somos capaces de controlarlo todo. Que tenemos que tener a Dios presente en cada momento de la vida y darle las gracias por lo afortunados que somos.



Muchas son las lecciones que me ha enseñado Burundi o mejor dicho la Mater através de Burundi. Creo que nunca podré agradecérselo. Tengo una deuda enorme con este país y con todos los amigos que he hecho aquí.

Los mejores abrazos de mi vida, esos que nunca olvidare fueron aquí, de forma inconsciente y sencilla. Como es todo aquí.

Me habéis enseñado a ver la vida con otros ojos. Creo que África tiene mucho que enseñar a Europa. Y esto no sólo me los habéis enseñado en el día a día, cuando estuvimos juntos en Europa, en el viaje de la coral me lo enseñasteis en directo.



Me voy, pero esto no es un "adiós". Es un "hasta luego", todos estos lazos no se pueden romper tan fácilmente. A partir de ahora no vamos a vivir físicamente juntos, pero vamos a seguir trabajando juntos . Como le dice su afición al Liverpool FC “YOU´LL NEVER WALK ALONE”. Espero poder venir todos los años a visitaros, pero no puedo prometéroslo, porque no quiero faltar a mi palabra. En España decimos que un hombre vale, lo que vale su palabra. Pero sí os prometo, que voy hacer todos los esfuerzos posibles, para venir a veros todos los años. ¡¡Aún tenemos que construir un colegio!!



Simplemente me voy porque, por las circunstancias, he sentido que era lo que Dios me pedía. Creo que es el momento de dejaros caminar solos. Vamos a seguir trabajando juntos, hay muchos proyectos que sacar adelante. Y, haciéndolo en equipo, seremos capaces.



¡¡GRACIAS!! No existe una palabra que venga más a mi mente últimamente. Aunque también creo que no es suficiente para expresar mis sentimientos.


GRACIAS





Yohakimo




5 comentarios:

  1. Que hermosa carta Joaquin, que gran labor y que orgullosa y bendecida me siento de poder conocer gente como tu. Que la Mater te siga dando fuerzas como hasta ahora. Cambiaste un pedacito de mundo y eso el mundo nunca te lo podra agradecer lo suficiente. Y yo menos!

    Gracias Joaquin!!!

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  2. Querido Joaquin.

    Gracias a Kagabo nos conocimos hace unos meses, por favor antes de irte dale las gracias de mi parte, su desgraciada enfermedad me dio la oportunidad de conocerte y ha sido una gozada. Estoy seguro que ya desde Madrid podremos seguir compartiendo momentos.

    Como dices en tu carta, "tu no has hecho nada", has hecho lo más importante, entregar tu vida al Señor, lo que la mayoría no somos capaces de hacer, aun a sabiendas de que con esa decisión encontraremos la Felicidad verdadera.

    Te tenemos que dar las gracias todos, porque con tu entrega al Señor y la intercesión de la Virgen, has conseguido que el Reino de los Cielos este algo más cerca para todos, ¿se puede hacer algo más grande?.

    Esa es la misión que todos tenemos y estoy seguro, que ahora desde España y en España, tu vida sera una continuación, da igual donde este uno, si esta en el trabajo, con amigos o en Burundi, si te dejas llevar como tu por la misión que Dios nos encomienda a todos, seras Feliz y la trasmitiras a los demas.

    Muchas gracias Joaquin.

    Alfonso

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  3. Joaquin:

    Increíble testimonio. Hace un año empecé a seguir tu blog, pero hace mucho que no entraba. Estoy muy sorprendida del paso que estás dando... No esperaba que te fueras. Pero como vos mismo lo decís, cuando la Mater muestra que el rumbo debe cambiar, que el camino sigue por otro sendero, solo resta cerrar los ojos, tomar su mano y comenzar a caminar con la confianza ciega de que Ella nos conduce.

    Doy gracias con vos por todo lo que Ella hizo a través tuyo, y rezo para que te de las gracias que necesites en esta nueva etapa. Yo también estoy ante un cambio semejante, y entiendo cada sentimiento que describis... uno no encuentra las palabras adecuadas, y sólo una es la que vuelve una y otra vez a la mente: GRACIAS... Gracias por lo vivido, gracias por lo aprendido, por lo recibido, también por todo lo que se pudo hacer a través de un instrumento tan pequeño, gracias por estar a mi lado y señalar el camino...

    Que Dios te bendiga y la Mater te guíe, proteja y acompañe siempre como hasta ahora,

    Saludos desde Argentina!

    Mili

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  4. hola!! ley tu entrada y me parecio espectacular!!! ea energia con la que te entregas! wow! mis respetos.

    lei un poco los testimonios de los que supongo son tus compañeros y de verdad que tocaron mi corazón, me gustaria un día poder concer africa desde la misma perspectiva que ustedes.

    no nos concoemos pero un poco decir que comparto tus sentimientos, soy mexicana y actualmente soy voluntaria en el chaco paraguayo, una zona marginada de Paraguay.

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  5. Querido Joaquín: hace meses que no entraba a este blog. Te escribí a raíz de la enfermedad de Kagabo. Continuamente lo recuerdo ¿qué fue de él?
    Muchísimas gracias por tu testimonio, me ha conmovido hasta lo más profundo del alma.
    Cuanta gente bella existe en este mundo!!! Que pena que no se la conozca más. Gracias Joaquín, muchas, muchas gracias. H M Andrea (Argentina)

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